Por Linda Lescuyer, líder de innovación en Data4
Hoy en día, está claro que minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) se ha convertido en una consideración esencial para los operadores de centros de datos que buscan expandir sus actividades e instalaciones.
Además de garantizar que sus propias operaciones tengan el menor impacto posible en las emisiones, los operadores de centros de datos deben asegurar a sus numerosos proveedores de nube y otros clientes digitales que seguirán creciendo de manera sustentable a pesar de las crecientes demandas.
Se estima que los centros de datos ya representan entre el uno y el dos por ciento de las emisiones globales de carbono y que sus capacidades están aumentando para satisfacer la demanda exponencial de IA generativa, por lo que claramente será necesario prestar una atención aún más específica a esta cuestión.
Sin embargo, los datos brutos sobre las emisiones de carbono constituyen sólo una parte de la ecuación medioambiental. Detrás de esos datos se esconden otros muchos problemas relacionados. Por ejemplo, el cambio climático agrava la pérdida de biodiversidad o la escasez de agua. Como planeta, nos hemos vuelto más conscientes de la contaminación del aire, el agua y el suelo, la acidificación de los océanos, el agotamiento de recursos naturales como el agua y los minerales, y la disminución de la capa de ozono.
Por lo tanto, es crucial que el mercado de los centros de datos vaya más allá de la simple observación de los datos de emisiones de la superficie para llegar a la raíz del problema y abordar estos múltiples impactos ambientales. Por eso, el análisis del ciclo de vida (ACV) se ha convertido en una herramienta muy útil para llegar al meollo del asunto, abarcando la influencia de hasta ocho medidas de impacto ambiental (incluidas las citadas anteriormente) a la hora de evaluar tanto el impacto total de los centros de datos como las tecnologías independientes que contienen.
Chequeo de salud
Se puede pensar en la LCA como algo similar a visitar al médico para solucionar un problema de salud cuyas causas inicialmente se desconocen. El médico evaluará todos los posibles desencadenantes de la afección médica antes de hacer un diagnóstico y proporcionar un remedio.
De la misma manera, el ACV trata de examinar todos los problemas que se esconden detrás de un síntoma final como un ejemplo de contribución al calentamiento global o al agotamiento de las materias primas. Su objetivo es evaluar el impacto de una tecnología “de principio a fin” o de un centro de datos desde la extracción de la materia prima, pasando por la construcción hasta el desmantelamiento del edificio, dando como resultado un informe final con un análisis detallado, cifras y datos que permitan tomar decisiones informadas sobre la construcción de centros de datos y las actualizaciones tecnológicas.
Aunque el concepto es relativamente nuevo en el sector de los centros de datos, en Data4 ya llevamos aplicando el ACV de forma sistemática desde 2020 y disponemos de un gran número de análisis de este tipo. Esto nos permite elaborar un perfil medioambiental europeo de los centros de datos, que aporta información muy útil para determinar la mejor manera de actuar en materia de sostenibilidad.
Estos perfiles pueden ser fundamentales para ayudar a los clientes en su camino hacia el cero neto al ayudarlos a reducir sus emisiones de carbono de alcance 3. Se relacionan con las emisiones de activos que no son propiedad ni están bajo el control de una organización y que afectan indirectamente a su cadena de valor, que se estima que es más de 10 veces el tamaño de las emisiones directas de una empresa y, por lo tanto, es crucial controlarlas.
Datos principales
Entre las cifras principales de nuestros análisis, encontramos que los centros de datos europeos produjeron el equivalente a entre 6.600 y 10.400 toneladas de CO2 por megavatio de TI operativa en instalaciones durante un período de 20 años, lo que equivale al consumo anual de electricidad de entre 1.700 y 2.800 hogares europeos. Esto incluye todo el equipo y el material necesario para operar una infraestructura de centro de datos, pero excluye la fabricación de equipos de TI, como recomienda la norma europea emergente “Norma de categoría de producto para la evaluación ambiental de servicios de alojamiento de TI de centros de datos y servicios en la nube”. Alrededor del 80 por ciento de estas emisiones provienen de la energía utilizada en las operaciones. Mientras tanto, la construcción por sí sola es responsable de entre 1.500 y 2.100 toneladas de CO2 por megavatio de TI construido.
Estas cifras señalan algunas áreas clave en las que un enfoque en las mejoras puede mejorar las perspectivas ambientales de los centros de datos. Dado que el uso de energía representa una proporción tan grande de las emisiones, la eficiencia energética representa una de las principales prioridades. Teniendo esto en cuenta, hemos calculado que al mejorar la eficacia del uso de la energía (PUE), las emisiones de carbono se pueden reducir en un 15 por ciento.
Al seguir abordando la considerable huella de carbono de los edificios, hemos identificado que es importante centrarse en la estructura del edificio. Habitualmente está hecha de hormigón y acero; hemos medido que el uso conjunto de estos materiales representa una cuarta parte de las emisiones de la construcción.
Hay tres soluciones principales para obtener mejores resultados en este frente: una es utilizar hormigón bajo en carbono, que permite reducir un 40 por ciento las emisiones de carbono y que Data4 ha utilizado para los cimientos de todos los nuevos centros de datos desde 2022; otra es utilizar estructuras y edificios preexistentes; y una tercera es reducir la cantidad de espacio necesario aumentando la densidad y reduciendo el tamaño de los equipos en las salas técnicas y de TI.
Otro aspecto que requiere atención y enfoques alternativos es el agotamiento de recursos minerales cruciales como el aluminio, el antimonio, el cobre y el plomo a través de su uso en equipos eléctricos y baterías. En conjunto, estos recursos representan un sustancial 60 por ciento de la reducción de los recursos naturales vinculados a un centro de datos. Para limitar el agotamiento de los recursos naturales, es importante favorecer los materiales reutilizados o reciclados. La implementación de prácticas de economía circular ayuda a limitar este impacto.
Mientras tanto, el transporte de materiales y equipos es responsable de aproximadamente una cuarta parte del impacto de la construcción de un centro de datos; una forma de reducirlo es el uso de proveedores locales.
Visión general holística
Estos ejemplos son solo una muestra de todas las consideraciones que se deben tener en cuenta hoy en día a la hora de llevar a cabo análisis de ciclo de vida y maximizar sus beneficios. Creemos que es esencial tener una visión integral para estar un paso por delante a medida que se implementan nuevos centros de datos.
En este sentido, es fundamental implicar a toda la cadena de valor de los proveedores, lo que nos permitirá recopilar información más precisa sobre los impactos de los equipos y materiales que entran en la construcción de un centro de datos y animarles a encontrar soluciones ecodiseñadas. Ahora estamos preguntando sistemáticamente sobre el perfil ambiental del producto o la declaración ambiental del producto en nuestros procesos de compras.
Además de nuestros esfuerzos en materia de equipamiento, construcción y tecnología, hemos estado firmando acuerdos de compra de energía (PPA), como nuestras recientes alianzas con las francesas Eurowatt y Photosol. Estos contratos, que consisten en contratos a largo plazo, demuestran un compromiso más sólido con iniciativas energéticas de vanguardia.
Nadie afirma que sea fácil adoptar un enfoque tan amplio, pero es necesario. Y cuanto más se conviertan en la norma y se integren en el pensamiento de los actores del sector, más podrá el mercado contribuir activamente a la sostenibilidad.
En el caso de Data4, nuestras distintas medidas ya han permitido reducir en un 13% la huella de carbono de cada MW construido en los últimos seis años y nuestro objetivo es llegar al 38% de aquí a 2030. Este es uno de los principales objetivos de nuestra hoja de ruta de innovación: encontrar e implementar tecnologías que permitan reducir todos los impactos medioambientales a lo largo de todo el ciclo de vida del centro de datos.
Futuro sostenible
En última instancia, el uso del ACV mejorará enormemente el futuro sostenible de nuestros socios y el nuestro propio.
El ACV también es muy útil para comprender las interdependencias y los riesgos que afectan a nuestro negocio. Por ejemplo, destaca las necesidades de agua de nuestros proveedores de energía y la necesidad de metales raros de otros proveedores. Al comprender estas dependencias, podemos buscar alternativas innovadoras para adaptarnos a la escasez futura de recursos.
Por último, además de ser esencial para nuestro planeta, esto es crucial para cumplir con los objetivos medioambientales y de emisiones de los países durante los próximos años.
Como se ha destacado, no basta con que la industria de los centros de datos se centre directamente en las emisiones de carbono y no profundice en todas las causas e impactos subyacentes relacionados. Dada nuestra posición como contribuyentes clave a la sociedad con huellas significativas, debemos ponernos en el centro de todo el recorrido ambiental del planeta.
Esa es la única forma en que garantizaremos un futuro sostenible y un legado positivo duradero para los centros de datos, y es por eso que creemos que el LCA es el camino a seguir para beneficiarnos tanto a nosotros mismos como a los clientes a los que apoyamos.