Por Fanny Bouton, directora de tecnología cuántica de OVHcloud


Tal vez le sorprenda saber que, en materia de inversión pública en computación cuántica, la UE es líder mundial. Como región, la UE ha comprometido 7.000 millones de euros en los últimos cinco años, mientras que Estados Unidos y China han comprometido 5.000 millones de dólares en el mismo período.

La computación cuántica todavía está en pañales y, aunque sus aplicaciones son muy específicas, la mayoría de los analistas reconocen que el mercado seguirá creciendo. Sin embargo, estamos pasando rápidamente de la fase experimental a los sistemas de producción en vivo, de probar emuladores cuánticos a utilizar computadoras cuánticas reales con capacidades que ahora alcanzan cientos de cúbits. Por ejemplo, las computadoras cuánticas ofrecerán posibilidades que no son posibles con las computadoras “tradicionales” en aplicaciones como la optimización de trayectorias o la simulación molecular.

El panorama cuántico global

Sin embargo, cuando analizamos algunos de los principales avances tecnológicos de las últimas dos décadas (IA, redes sociales e incluso Cloud Cumputing), vemos que tienden a estar dominados por empresas estadounidenses o chinas. Ya se trate de YouTube, Instagram y TikTok u OpenAI, Anthropic y Llama de Meta (por suerte, tenemos Mistral en Europa), por no mencionar a los proveedores de nube a gran escala, los ecosistemas de innovación tienden a agruparse en dos regiones.

El auge de las tecnologías cuánticas plantea un importante desafío estratégico para las economías modernas, y Europa no es una excepción. La región cuenta con numerosas empresas emergentes líderes como Pasqal, IQM o Alice & Bob, todas ellas con más de 100 millones de euros recaudados.

Puede resultar sorprendente oír que la computación cuántica está estrechamente relacionada con la nube. Un ecosistema cuántico en la nube es crucial para apoyar la innovación y desarrollar soluciones de vanguardia. Las empresas, universidades y laboratorios de investigación europeos necesitan un acceso fácil y seguro a plataformas de computación cuántica, que les permitan experimentar, diseñar nuevos algoritmos y profundizar en la comprensión de fenómenos complejos. Esta colaboración a escala europea no solo fomenta la creación de nuevos conocimientos, sino que también fortalece la competitividad de los actores europeos frente a las grandes potencias mundiales.

Estados Unidos y China están invirtiendo fuertemente en tecnologías cuánticas, tanto en la industria como en la investigación fundamental. Para que Europa pueda competir, es imperativo aunar recursos y construir una infraestructura en la nube segura y de alto rendimiento dedicada a la computación cuántica. Esto incluye apoyo gubernamental, financiación para proyectos de investigación ambiciosos y capacidades de trabajo en red en todo el continente. Esta estrategia creará el entorno adecuado para que los campeones europeos surjan, innoven y compitan en el mercado global.

Por último, un ecosistema cuántico en la nube europea es un activo para garantizar la soberanía digital y proteger los datos sensibles. Las tecnologías cuánticas revolucionarán los estándares de seguridad actuales, dejando obsoletos los protocolos de cifrado y creando nuevas amenazas. Al desarrollar sus propias capacidades cuánticas, Europa mantiene el control de su infraestructura estratégica, limita su dependencia tecnológica de potencias extranjeras y garantiza la protección de sus intereses económicos y científicos. Esta independencia es una auténtica garantía de confianza para las empresas y los ciudadanos europeos, además de favorecer el crecimiento y la innovación en el sector digital.

Cómo apoyar la Computación cuántica

Lamentablemente, toda la planificación y el proceso justo serán redundantes si no existen actores locales. Por el momento, sí existen, pero nos encontramos en un punto de inflexión en el que el apoyo es crucial, especialmente porque muchos de ellos son empresas emergentes. Organizaciones europeas como Quandela, Alice & Bob, C12, Eviden, Pasqal y otras están liderando el camino hacia el brillante futuro de la tecnología cuántica.

Afortunadamente, Europa se está tomando en serio la tecnología cuántica. Hay muchas iniciativas en toda Europa, desde la iniciativa insignia de tecnologías cuánticas hasta la iniciativa europea de infraestructura de comunicación cuántica, todas diseñadas para ayudar a las organizaciones cuánticas a crecer.

Lamentablemente, el Brexit ha afectado a esta colaboración; muchas universidades británicas tienen departamentos de investigación cuántica de gran éxito que podrían aportar material valioso al desarrollo del ecosistema cuántico local. Si bien ha habido un intercambio de investigaciones valiosas entre el Reino Unido y otros países, el Reino Unido ha quedado excluido de varios programas cuánticos europeos, y el Brexit ha obstaculizado el movimiento físico y el intercambio de conocimientos en general.

Sin embargo, hay mucho que se puede hacer. El ecosistema cuántico necesita apoyo y eso significa invertir. Si su empresa gana mil millones de libras, debería invertir un millón de libras en la cuántica y, cuando sea posible, debería hacerlo con empresas británicas o europeas.

Muchas organizaciones también cuentan con incubadoras de empresas emergentes o programas de apoyo, en los que prestan su experiencia, sus redes (y, a veces, sus oficinas) a empresas en crecimiento. Estos programas son invaluables, especialmente si se tiene en cuenta que muchas organizaciones cuánticas tienen apenas unos pocos años de existencia.

Aunque la computación cuántica puede parecer ciencia ficción en ocasiones, sus aplicaciones tendrán beneficios comerciales muy reales y tangibles para personas y organizaciones de todo el mundo. Puede parecer demasiado pronto y los argumentos comerciales pueden ser difíciles de desarrollar, pero es muy probable que si usted está pensando en la computación cuántica, sus competidores también lo estén haciendo.

Estamos en un punto en el que aún no sabemos si esto tendrá éxito o no, como el gato de Schrödinger en su caja, pero una cosa es segura: el camino es apasionante y traerá grandes cambios a nuestro uso de las TI. Asegurémonos de apoyarlo hoy, creando el futuro que queremos ver mañana.