Por Joanna Hutchinson-Parker, directora general para el Reino Unido y la región APAC en TXO
La industria de las telecomunicaciones está atravesando una revolución silenciosa, que tiene que ver tanto con la eficiencia financiera como con la sostenibilidad. En los últimos años, los operadores de todo el mundo han recurrido cada vez más a la economía circular, no solo para cumplir objetivos ecológicos, sino para respaldar sus objetivos comerciales generales.
En lugar de tratar los equipos antiguos como chatarra, se han centrado en encontrar formas de renovar, reutilizar, reciclar y revender el hardware de red. ¿El resultado neto? Una recuperación significativa de los costos, ahorros financieros a través de la reducción de los gastos operativos, nuevas fuentes de ingresos netos y una huella ambiental menor.
Dos caminos hacia la circularidad
Históricamente, los operadores han entrado en la economía circular por una de dos razones: para vender equipos a medida que modernizan las redes o para comprar componentes usados para extender la vida útil de su infraestructura existente.
Con el tiempo, estos enfoques comenzaron a superponerse, llevando lo que tradicionalmente ha sido un enfoque semicircular a formar un verdadero sistema de economía circular de circuito cerrado.
Ahora, los operadores de redes están comenzando a maximizar realmente cada recurso antes de que ya no satisfaga sus necesidades tecnológicas.
Racionalización de la red: convertir activos antiguos en dinero nuevo
Con cada año que pasa, los fabricantes de equipos originales (OEM) continúan ampliando los límites de la innovación, entregando equipos de red que son más eficientes, más capaces y brindan un mejor rendimiento.
Esta es una de las razones por las que muchos operadores, incluido Openreach, están realizando importantes esfuerzos de reestructuración: desmantelando y desinstalando infraestructura obsoleta y cambiándose a fibra, que no solo promete un mejor rendimiento sino también una mejor eficiencia, menores costos operativos y una huella ambiental más limpia.
¿La gran oportunidad en este caso? La reventa de materiales fuera de servicio. Según nuestras propias previsiones, se espera que grupos de telecomunicaciones como Telstra, que ha ganado más de 105 millones de libras (211 millones de dólares) en dos años, obtengan más de 10.000 millones de dólares con la venta de cobre reciclado en los próximos 15 años.
A medida que aumenta el precio de materias primas como el cobre (que abunda en las redes tradicionales), el proceso no solo compensa los costos de desmantelamiento o desinstalación, sino que también puede proporcionar una financiación significativa para la construcción de infraestructura. En lugar de tratar los activos antiguos como una carga, los operadores están aprendiendo a verlos como tesoros ocultos.
Aprovechando al máximo los activos: sacando más partido a lo que se tiene
Al mismo tiempo, los operadores también están mejorando su forma de comprar. La pandemia fue una llamada de atención cuando los problemas de la cadena de suministro obligaron a las empresas a mirar más allá de la ruta tradicional de adquisición de infraestructura. Ahora, muchas están eligiendo activamente el mercado de segundo usuario, no solo como una medida provisional, sino como una estrategia a largo plazo junto con las nuevas tecnologías.
La adquisición de equipos de segunda mano permite a los operadores mantener las redes antiguas en funcionamiento durante más tiempo, repararlas en lugar de reemplazarlas y reducir sus emisiones de Alcance 3.
Esto es especialmente crítico durante las transiciones a largo plazo, como la desaparición de las redes 3G y 2G, donde el hardware de segundo usuario ayuda a mantener los servicios críticos mientras se implementa la nueva infraestructura. Empresas como Telia y Telenor ya han adoptado este modelo, utilizando hardware renovado para respaldar sus redes, donde el soporte para la tecnología de generaciones anteriores es limitado.
OEM: socios fundamentales en la economía circular
El cambio hacia una economía circular, en la que el hardware se reutiliza y readapta en lugar de desecharse, presenta un desafío y una oportunidad para los fabricantes de equipos originales. Tradicionalmente, sus modelos de negocio se han centrado en la venta de equipos nuevos y, si bien el reciclaje ha sido una prioridad, la reutilización no siempre ha estado en primer plano. Sin embargo, el panorama está cambiando.
Los operadores están asumiendo compromisos firmes para incorporar hardware de segundo uso como parte de sus estrategias de sostenibilidad, y los gobiernos están impulsando políticas que enfatizan la longevidad, la reparación y la actualización por sobre el reemplazo frecuente. En lugar de una amenaza, esto presenta a los OEM una oportunidad para evolucionar junto con los objetivos de sostenibilidad de la industria.
Los fabricantes de equipos originales con visión de futuro ya se están adaptando, lanzando programas de renovación, diseñando equipos modulares e implementando esquemas de recuperación. Al adoptar estos modelos, como lo hizo Cisco con Cisco Refresh, los fabricantes de equipos originales pueden alinearse con las expectativas de los operadores y las autoridades regulatorias y, al mismo tiempo, crear nuevas fuentes de ingresos en un mercado más sostenible. El cambio es inevitable, pero quienes innoven se encontrarán bien posicionados para liderar la siguiente fase de la infraestructura de red.
En resumen: un futuro más inteligente y rentable
La economía circular no es solo una iniciativa ecológica, es un modelo de negocio que tiene sentido desde el punto de vista financiero. Al hacer un uso más inteligente de sus activos, ya sea vendiendo equipos antiguos, ampliando la vida útil de la infraestructura existente o adquiriendo hardware de segunda mano, los operadores están desbloqueando nuevas fuentes de ingresos, reduciendo costos y asegurando el tiempo de funcionamiento de la red.
El mensaje es claro: los residuos no son sólo un problema medioambiental, sino también económico. Y quienes estén dispuestos a adoptar una mentalidad circular pueden obtener una importante ventaja competitiva. La industria de las telecomunicaciones finalmente se está dando cuenta de lo que muchos otros sectores ya han descubierto: a veces, la decisión más inteligente no es comprar productos nuevos, sino aprovechar al máximo lo que ya se tiene.