Por Ivo Ivanov, director ejecutivo de DE-CIX
Parpadea y te lo perderás. Así de rápido evolucionó la IA en 2024.
OpenAI reveló una vista previa de su modelo o1, el primer modelo de IA supuestamente capaz de un razonamiento mejorado y el mayor paso hasta ahora hacia la inteligencia artificial general (AGI). DeepMind anunció AlphaFold 3, una IA capaz de predecir las estructuras de los complejos proteínicos, y Apple presentó “Apple Intelligence”, poniendo poderosas capacidades de IA generativa en las palmas de millones de manos.
Apenas unas semanas después de 2025, el Consumer Electronics Show (CES) presentó una gran cantidad de anuncios de nuevos productos, desde el nuevo chip gráfico de la serie RTX 50 de Nvidia con renderizado impulsado por IA hasta las gafas inteligentes de realidad aumentada de Halliday, cada uno aprovechando la IA como piedra angular de su diseño.
La IA ya está tan entrelazada con nuestros ecosistemas digitales que ya no se la puede considerar una tecnología “marginal”. Según el MIT, un asombroso 95 por ciento de las empresas ya utilizan la IA de una forma u otra, y más de la mitad aspiran a una integración a gran escala para 2026.
Pero retrocedamos un momento. La IA es omnipresente, pero eso no significa que haya alcanzado la madurez. Quienes estén familiarizados con el Hype Cycle de Gartner sabrán que toda nueva tecnología pasa por fases antes de “asentarse” y convertirse en parte de nuestro panorama empresarial.
La IA generativa se encuentra ahora en la fase de “pico de expectativas infladas”, lo que significa que el bombo publicitario en torno a la tecnología probablemente sea mayor que nuestra capacidad para aprovecharla y sostenerla. Antes de la “pendiente de la iluminación” y la “meseta de la productividad” –donde terminan las tecnologías exitosas–, primero debemos atravesar la “caída de la desilusión”. Esta fase de “caída” es básicamente una verificación de la realidad de la tecnología, donde se hacen evidentes sus capacidades y limitaciones y se redefinen las expectativas. Sin embargo, lo que es único en la IA es que las limitaciones no son inherentes a la tecnología en sí, sino más bien a nuestra capacidad para aprovecharla.
Para que la IA prospere, debemos asegurarnos de contar con la infraestructura necesaria para respaldarla. Las cargas de trabajo algorítmicas que utilizan inferencia en tiempo real, por ejemplo, sufrirán mucho sin una conectividad de alto rendimiento y baja latencia. Esto puede frenar una tecnología antes de que haya tenido tiempo de demostrar su valía, dejando a muchas empresas fuera de juego en lo que respecta a la adopción de la IA. El apetito por la IA está ahí, pero sin la infraestructura de red que la respalde, la caída hacia el “abismo” será larga y dolorosa. Entonces, ¿qué pueden hacer las empresas para evitar esa caída y asegurarse de que están tan preparadas para la IA como la IA lo está para ellas?
Más allá de la nube
La rápida migración de las empresas a la nube está bien documentada en la actualidad, y los lagos y almacenes de datos basados en la nube se están volviendo mucho más viables que las instalaciones locales debido a la gran cantidad de datos que utilizan ahora las empresas.
Sin embargo, cuando se trata de IA, el uso de la nube no se trata solo de volumen o almacenamiento, sino también de rendimiento. La mayoría de los modelos de IA, en particular los que requieren un entrenamiento intensivo, necesitan aprovechar el tipo de densidad de potencia y capacidad de GPU que solo pueden ofrecer los hyperscalers en la nube. Para aprovechar al máximo las aplicaciones de IA alojadas en estos entornos, las empresas deben asegurarse de tener la conectividad necesaria para soportar la transferencia de datos de gran volumen y un rendimiento de baja latencia. Seleccionar el proveedor de nube perfecto no significará mucho sin la infraestructura de red necesaria para aprovechar su potencial.
Aquí es donde entra en juego la interconexión. Normalmente, las empresas dependen de la Internet pública para acceder a la nube y, si bien las velocidades de Internet pueden ser impresionantes, serán propensas a los mismos problemas que cualquier conexión a Internet pública: congestión, cuellos de botella, rutas de datos impredecibles, latencia variable y exposición a riesgos de seguridad. Las plataformas de interconexión neutrales en cuanto a centros de datos, equipadas con capacidades de intercambio de IA y nube, ofrecen una forma directa de conectividad para resolver estos problemas, brindando a las empresas vías resilientes, directas y seguras a múltiples operadores de nube líderes.
El panorama de los centros de datos en 2025
Los centros de datos están en auge como respuesta a la IA. En el Reino Unido, los centros de datos ahora se clasifican como “infraestructura crítica” con todas las protecciones que ello conlleva. En los EE.UU., la implementación de nuevos centros de datos específicamente para respaldar la IA se ha convertido en una prioridad clave. Este crecimiento no ha sido repentino: según nuestra investigación, Estados Unidos ahora tiene más de 11.000 MW de capacidad de centros de datos, y el número de operadores de centros de datos ha aumentado un 250 por ciento en la última década.
La selección de la combinación adecuada de centros de datos es fundamental para las organizaciones que buscan aprovechar el potencial de la IA. Una combinación estratégica de hyperscalers, instalaciones de colocation y opciones locales ofrece una base equilibrada para satisfacer las complejas demandas de la IA. Los hyperscalers, con su densidad de potencia y capacidades de GPU inigualables, son, por supuesto, esenciales para entrenar grandes modelos de IA, mientras que los centros de datos de colocation, aunque suelen ser más pequeños, seguirán desempeñando un papel vital en el respaldo de la inferencia (donde los algoritmos de IA procesan tareas en tiempo real) debido a su proximidad a los usuarios finales.
El renovado enfoque en los centros de datos seguramente será bien recibido por las empresas en los EE.UU. en 2025. A pesar del auge de los centros de datos de la última década, las tasas de vacancia en los centros de datos están disminuyendo hasta un 1-4 por ciento a medida que las empresas se apresuran a capitalizar las aplicaciones de IA y LLM.
A medida que estos lugares se vuelven cada vez más concurridos, las empresas se ven obligadas a ampliar sus horizontes y buscar destinos para sus datos en mercados secundarios, a menudo fuera de los centros urbanos. Esta “migración forzada” vuelve a poner la conectividad en el punto de mira. Si una empresa utiliza un centro de datos fuera de su propia ciudad, o incluso de su estado, debe asegurarse de que cuenta con las capacidades de red necesarias para evitar la latencia y la congestión.
El futuro de la conectividad
Cuando se trata de optimizar las cargas de trabajo en la nube y migrar a centros de datos disponibles, la conectividad es la tecnología que determina el éxito o el fracaso. Por eso, los puntos de intercambio de Internet (IX), plataformas físicas donde varias redes se interconectan para intercambiar tráfico directamente entre sí a través de peering, se han vuelto indispensables. Un IX permite a las empresas evitar la Internet pública y encontrar las rutas de red más cortas y rápidas para sus datos, lo que mejora drásticamente el rendimiento y reduce la latencia para todos los participantes. Es importante destacar que el uso inteligente de una instalación IX permitirá a las empresas conectarse sin problemas a centros de datos fuera de su región de origen, eliminando la geografía como barrera y aliviando la carga de los centros de datos.
Esta forma de conectividad se está volviendo cada vez más popular, y la cantidad de IX en los EE.UU. aumentó más del 350 por ciento en la última década. El uso de IX en sí no es nada nuevo, pero lo que es relativamente nuevo es el modelo neutral que emplean ahora. Un IX neutral no está vinculado a un operador o centro de datos específico, lo que significa que las empresas tienen más opciones de conectividad abiertas, lo que aumenta la redundancia y mejora la resiliencia. Nuestra propia investigación en 2024 reveló que más del 80 por ciento de los IX en los EE.UU. ahora son neutrales en cuanto a centros de datos y operadores, lo que lo convierte en el modelo de interconexión dominante.
A medida que las empresas avanzan hacia la era de la IA, no es posible esperar a que haya nueva capacidad de datos. En cambio, necesitan controlar su conectividad y utilizar la interconexión para superar las barreras geográficas que tradicionalmente las han frenado. La IA está preparada para las empresas; depende de ellas asegurarse de que estén preparadas para ella.