Por Rimgaudas Baltrūnas, director de proyectos de centros de datos en KV Baltic
Durante demasiado tiempo, el diseño de centros de datos ha estado envuelto en un aura de complejidad. Muchos lo perciben como un proceso abrumador que requiere conocimientos especializados complejos, pero en mi opinión, esta percepción está obsoleta. Las herramientas modernas, las soluciones escalables y las mejores prácticas de la industria han transformado el diseño de centros de datos en una tarea manejable y eficiente.
Es hora de que desafiemos el mito de la complejidad y reconozcamos cuán accesible y adaptable se ha vuelto el proceso.
En el corazón de un diseño eficaz de un centro de datos se encuentra la confianza, la confianza entre el cliente y el diseñador. Cuando existe esta confianza, el proceso se basa menos en la jerga técnica y más en la colaboración. Los clientes pueden compartir abiertamente sus objetivos a largo plazo y sus limitaciones presupuestarias, mientras que los diseñadores pueden proponer soluciones innovadoras y personalizadas sin temor al rechazo. Creo que esta dinámica es clave para crear diseños que no solo sean eficientes, sino también a prueba de futuro.
Un aspecto en el que la confianza desempeña un papel fundamental es la neutralidad con respecto a los proveedores. Los diseñadores que no están vinculados a proveedores específicos pueden recomendar objetivamente las mejores tecnologías para las necesidades de un cliente. En mi experiencia, esta independencia elimina los conflictos de intereses y garantiza que las prioridades del cliente sigan siendo lo más importante.
¿Por qué las decisiones sobre infraestructura deberían estar influenciadas por agendas impulsadas por las ventas cuando el foco debería estar en el rendimiento y la escalabilidad?
La idea errónea de que el diseño de un centro de datos es inherentemente complejo suele provenir de personas que no están familiarizadas con el tema. Para los diseñadores e ingenieros experimentados, el proceso es sencillo. Los componentes estandarizados, los sistemas prediseñados y las herramientas avanzadas como la inteligencia artificial (IA) han eliminado gran parte de las conjeturas.
La IA, en particular, ha revolucionado el proceso de diseño, al permitir simulaciones de distribución de energía, comportamiento térmico y dinámica del flujo de aire en tiempo récord. He visto cómo estas herramientas permiten a los diseñadores centrarse en decisiones estratégicas en lugar de empantanarse en minucias técnicas.
Tomemos como ejemplo los sistemas de energía modulares. Estas soluciones plug-and-play son excelentes para gestionar cargas de alta densidad y, al mismo tiempo, minimizar el desperdicio de energía. Su adaptabilidad es inigualable: se integran perfectamente con fuentes de energía renovables y permiten una expansión incremental a medida que evolucionan las necesidades del negocio. ¿Por qué, entonces, tantas organizaciones siguen optando por sistemas rígidos y obsoletos? Para mí, está claro que la modularidad es el futuro del diseño de centros de datos.
La escalabilidad es otro factor crítico que merece más atención. Los centros de datos modernos están diseñados teniendo en cuenta el crecimiento, lo que permite expansiones graduales que evitan la sobreconstrucción y los gastos de capital innecesarios. Este enfoque gradual garantiza que las instalaciones sigan siendo rentables y estén alineadas con las demandas cambiantes. Sostengo que esta adaptabilidad es una de las razones más sólidas por las que el diseño de los centros de datos ya no debería verse como una tarea abrumadora.
Sin embargo, a pesar de estos avances, persisten los desafíos, en particular durante la fase de construcción. Muchos equipos de construcción abordan los centros de datos como si fueran edificios tradicionales, sin tener en cuenta los requisitos técnicos específicos de estas instalaciones.
He visto de primera mano cómo las prioridades mal alineadas y la mala comunicación pueden conducir a ineficiencias y errores costosos. Esto no es un fallo del diseño, sino una falta de comprensión de su ejecución. Para superar esta brecha, creo que los diseñadores deben trabajar en estrecha colaboración con contratistas especializados o brindar la capacitación adecuada a los equipos de construcción.
El auge de la IA también ha redefinido el papel de los centros de datos, impulsando la demanda de instalaciones que puedan manejar mayores densidades y cargas de trabajo dinámicas. Si bien esto puede parecer una nueva capa de complejidad, lo veo como una oportunidad para innovar.
Las herramientas de diseño basadas en inteligencia artificial y las soluciones modulares permiten adaptar las infraestructuras existentes a estas nuevas demandas sin tener que empezar desde cero. ¿Por qué deberíamos considerar esto un desafío cuando es una invitación a crear instalaciones más inteligentes y resilientes?
Algunos pueden argumentar que la simplicidad en el diseño de centros de datos es una ilusión, pero no estoy de acuerdo. La simplicidad surge de la descomposición de grandes desafíos en componentes manejables, el aprovechamiento de sistemas probados y la adopción de tecnología. No se trata solo de hacer que el proceso sea más fácil, sino de hacerlo mejor.
En mi opinión, el diseño de un centro de datos no se trata de eliminar la complejidad, sino de gestionarla de manera eficaz.
La evolución del diseño de centros de datos refleja tendencias más amplias en arquitectura sustentable, donde herramientas y materiales innovadores han hecho posible crear edificios eficientes y respetuosos con el medio ambiente.
Así como la madera resistente al fuego ha revolucionado la construcción ecológica, los sistemas de energía escalables y las herramientas mejoradas con inteligencia artificial están transformando el diseño de los centros de datos. Estas innovaciones demuestran que la simplicidad y la sofisticación pueden coexistir.
Es hora de cambiar la narrativa. El diseño de un centro de datos no tiene por qué ser abrumador. Con la experiencia, la confianza y las herramientas adecuadas, el proceso no solo es alcanzable, sino también gratificante. A medida que la industria siga innovando, creo que veremos un cambio hacia diseños que equilibren la eficiencia, la escalabilidad y la responsabilidad ambiental.
Dejemos de perpetuar el mito de la complejidad y comencemos a adoptar la simplicidad del diseño de los centros de datos modernos.