Por Tristan Wood, director ejecutivo y fundador de Livewire Digital


El sector energético está atravesando una transformación crucial impulsada por la creciente adopción de la tecnología de los drones. A medida que evoluciona el panorama regulatorio y maduran los protocolos de cumplimiento, los drones poseen un inmenso potencial para aumentar o incluso reemplazar los métodos convencionales de vigilancia energética, transporte y operaciones fuera de la línea de visión. Pero, fundamentalmente, el éxito de esta transformación depende de garantizar una conectividad persistente y confiable, ya que los drones dependen en gran medida de una infraestructura de comunicación resistente que pueda soportar la prueba del tiempo.

Datos de drones: más seguros, más rápidos y más fáciles

Los drones ya están transformando la forma en que se inspeccionan los activos críticos, en particular a través de evaluaciones remotas. En el pasado, las empresas energéticas solían recurrir a helicópteros, equipos terrestres o costosas paradas para realizar controles de infraestructura. Si los técnicos necesitaban llegar a los equipos desde el aire, era arriesgado y requería mucho tiempo. Sin embargo, ahora los drones pueden lograr los mismos resultados en mucho menos tiempo, con mucha menos gente, capturando fotografías detalladas y lecturas térmicas con una precisión notable; todo mientras los operadores permanecen seguros en el terreno. Naturalmente, para que se hagan realidad estos beneficios, es crucial una conexión ininterrumpida.

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Los drones se han vuelto especialmente útiles en alta mar. Los parques eólicos ubicados en el mar traen consigo una serie de complicaciones logísticas, lo que dificulta y encarece las inspecciones periódicas. Por otro lado, los drones equipados con conectividad heterogénea pueden desplegarse en condiciones climáticas adversas, llegar a lugares que de otro modo serían inaccesibles y enviar datos en vivo para su análisis, incluso desde lugares “no accesibles”. Esto garantiza que el mantenimiento se realice solo cuando sea realmente necesario, lo que minimiza tanto las interrupciones en la generación de energía como los posibles riesgos para la vida humana.

Energía solar

En 2022, la generación de energía solar fotovoltaica aumentó un 26 por ciento, lo que marca el mayor crecimiento de cualquier tecnología renovable. La aplicación más obvia radica en sus capacidades de monitoreo. Por ejemplo, los drones equipados con cámaras termográficas pueden detectar con precisión paneles solares ineficientes o que funcionan mal en grandes parques solares. La conectividad heterogénea también permite que los drones carguen grandes conjuntos de datos en plataformas en la nube para su análisis y almacenamiento, lo que optimiza el rendimiento durante las inspecciones.

Pero las aplicaciones de los drones conectados heterogéneamente no terminan ahí. También pueden mapear posibles sitios para parques solares analizando el terreno, la topografía y las condiciones ambientales. También pueden monitorear el proceso de construcción, identificando posibles retrasos en el camino. Aquí, el papel irreemplazable de la conectividad heterogénea se hace evidente, ya que garantiza un intercambio de datos sin problemas. Al fusionar diferentes redes, los drones pueden realizar estas funciones a largas distancias y en ubicaciones remotas, lo cual es vital al planificar nuevos parques solares.

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– Nokia

Maximizar el valor de los datos

Aunque los drones son excelentes para recopilar información visual, su verdadero poder reside en lo que se puede hacer con los datos recopilados. Al equiparlos con sensores especializados, como lidar para mapeo o imágenes térmicas para identificar irregularidades térmicas, es posible obtener información que va mucho más allá de la observación ordinaria. Esta capacidad es especialmente útil para el mantenimiento predictivo, un concepto de creciente importancia a medida que la industria busca reducir el tiempo de inactividad mediante la planificación anticipada y la mejora de la eficiencia operativa.

Los datos capturados por drones se pueden analizar mediante inteligencia artificial (IA) y aprendizaje automático para identificar patrones, anticipar fallas del sistema y proponer soluciones preventivas. Esto permite a las organizaciones realizar un seguimiento continuo de los indicadores clave y alertar a los ingenieros solo cuando es necesario actuar, en lugar de enviar un equipo cada pocos meses para inspeccionar una tubería. Esta estrategia proactiva no solo reduce los costos, sino que también ayuda a evitar averías importantes que podrían dañar el medio ambiente o interrumpir el suministro de energía.

La conectividad es clave

Los drones ya están demostrando ser muy prometedores en la carrera hacia el cero neto y algún día podrían reemplazar a muchos de los enfoques existentes en materia de energía, vigilancia, transporte y operaciones más allá de la línea de visión (BVLOS). Si bien los drones tienen un inmenso potencial para revolucionar la industria energética, se debe incorporar una conectividad sólida y continua en cada etapa de su implementación. Para aprovechar realmente los beneficios de prácticas más seguras, rápidas y rentables, estas tecnologías aéreas deben estar respaldadas por soluciones de conectividad diseñadas para resistir la prueba del tiempo. Solo entonces podremos garantizar que los drones alcancen su máximo poder transformador dentro del sector energético.