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Simplemente “ir a Islandia” no es tan simple para compañía como Microsoft, Amazon, Apple, Google y otros que Greenpeace ha escogido para centrar sus esfuerzos para conseguir que los gigantes de Internet y la informática en la nube alimenten sus centros de datos con energías limpias.

Al menos, según James Hamilton, miembro del equipo que gestiona Amazon Web Services, el negocio de infraestructura como servicio de la compañía. La razón es simple: la latencia.

“Debido a las crueles realidades de la velocidad de la luz, las compañías tienen que situar sus centros de datos allí donde están los clientes”, escribió Hamilton en su blog Perspectives. “Cuando tu ‘presupuesto’ de latencia para servir a los clientes es de 200 milisegundos, no puedes desperdiciar tres cuartas partes de ese presupuesto en el retraso que causa la velocidad de la luz recorriendo grandes distancias.”

El post de Hamilton era una respuesta a una carta abierta de un colaborador de SmartPlanet a Steve Ballmer, Jeff Bezos y Tim Cook, CEOs de Microsoft, Amazon y Apple, respectivamente. Citando la baja calificación que Greenpeace dio a las tres compañías en su informe How clean is your cloud?, la carta les reclama que construyan sus centros de datos en lugares como Islandia, donde hay abundancia de energía renovable a bajo precio.

Islandia tiene abundancia de energía hidroeléctrica y las autoridades del desarrollo económico del país han hecho muchos esfuerzos para atraer la construcción de centros de datos al país.

Las grandes compañías de Internet y la nube han construido gigantescos centros de datos en zonas remotas en las que la energía es más barata, más limpia o ambas cosas. Facebook ha creado un centro de datos en Suecia, por ejemplo, alimentado por energía hidroeléctrica. Google ha construido uno en Finlandia.

Pese a que saquen partido a energías renovables de bajo coste en zonas remotas para ciertos tipos de carga de trabajo, los gigantes de Internet también seguirán utilizando data centers en áreas metropolitanas, donde está la mayoría de sus usuarios finales, para cargas de trabajo sensibles a la latencia, según escribe Hamilton.

“Google está en Nueva York porque tiene millones de clientes en Nueva York. Si fuera físicamente posible servir a esos clientes desde un centro de datos súper eficiente ya construido… Desde luego lo harían.”