Lleida se ha convertido en la primera ciudad española en prohibir los centros de datos.

Según ha informado Crónica, el consistorio ha asegurado que los centros de datos no crean suficientes puestos de trabajo cualificados y consumen demasiada energía y agua, y el alcalde Fèlix Larrosa ha añadido que “no contribuyen a la economía local”.

La ciudad ya ha rechazado la apertura de varios centros de datos. La publicación dice también que una empresa anónima incluso había comprado terrenos rurales para construir un centro de datos, pero el ayuntamiento se negó a cambiar el uso del terreno.

El experto en el sector, José María Guilleuma, director de centros de datos de la consultora Colliers, ha asegurado que las afirmaciones del Ayuntamiento se basan en información errónea. Según él, los centros de datos aportarían mano de obra indirecta y actuarían como ancla del sector en Lleida.

Guillema añadió que las preocupaciones sobre el agua y la energía podrían aplicarse a toda la industria, incluidos los parques de baterías y los generadores de hidrógeno.

Ubicada al oeste de Cataluña, la ciudad es la capital del condado de Segrià. Actualmente no hay centros de datos en la ciudad, según Datacenter Map. Por el contrario, su vecino Aragón ha estado tratando de atraer inversiones en centros de datos. Hasta ahora, el gobierno local ha recaudado alrededor de 33 mil millones de euros de Blackstone, Microsoft, AWS y Box2Bit.

En junio del año pasado, Microsoft se comprometió a invertir 6.900 millones de euros en el desarrollo de nuevos centros de datos en Aragón.

En otras partes de España, los planes de Meta para construir un centro de datos de 1.100 millones de dólares en Toledo han sido duramente criticados. Se espera que la instalación consuma más de 600 millones de litros de agua en una zona con riesgo de sequía.